
Sin que le pese la etiqueta de niño prodigio, Jesús ha conseguido a los 21 años colocarse como cocinero destacado dentro de la mejor cantera de chefs de nuestro país. En el negocio familiar aprendió todo lo que su creatividad ha terminado por completar: rigurosidad en la ejecución de una propuesta gastronómica que viene para poner en valor la gastronomía de su tierra, en platos que hablan un renovado acento jienense.
Si la creatividad elige de manera aleatoria a sus súbditos en la tierra, para hacernos llegar de un extraño más allá sus últimas noticias, Jesús Moral es un emisario destacado entre ellos. Con solo 21 años, se ha colado en la lista de los seis cocineros revelación con el talento y la sabiduría de un pequeño maestro. La suya es una biografía de taquillazo. En 2008, su padre abría en Bailén (Jaén) una taberna de comida típica española implicando a su familia en el negocio. Jesús empieza a corretear a los 10 años por la cocina y la barra de Taberna de Miguel, hasta que tiempo después se descubrió en la cocina dándole lecciones a sus padres, lecciones que no sabía de dónde venían. Estudios en la escuela de hostelería de La Laguna en Baeza, la idea clara de la identidad familiar en los platos y estancias en restaurantes destacados le han traído hasta aquí.
